Me miraste a los ojos y te acercaste despacio, muy despacio. Solo yo podía notar la fuerza de tu mirada y la firmeza de tus pasos. Seguías mirándome, como si quisieras ver a través de mí, como si quisieras descubrir qué hay detrás. Y sin querer construí un muro a centímetros de tu boca.
Quise destruirlo, ¿sabes? Quise dar un paso, solo un paso más, para que tú sonrieras y me dijeras que todo iba a ir bien. Pero no pude. Tuve miedo. Me faltó lo que a ti te sobraba y te alejaste decepcionado. Habrían bastado solo dos palabras para que te dieras la vuelta y volvieras a mirarme, pero no las dije.
Te fuiste alejando cada vez más, hasta que te perdí. Y ojalá supieras que me arrepiento, que lo siento, que si pudiera volver atrás te habría besado sin decir nada y ahora no estaría escribiendo esto.
Sola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario